martes, 31 de mayo de 2011
Aprendí de Perón, de Adolfo y de Alberto...
‘Aprendí de Perón, a ver los caminos que nadie recorre,
que nadie se anima a recorrer’ Eva ´Perón
Así empiezan estos párrafos, para recordar no solo dichos de Evita, sino para que militantes justicialistas y pueblo en general, puedan conocer o recordar, pensamientos históricos del líder justicialista. No obstante, necesitamos unir voluntades para avanzar hacia un destino común de crecimiento. Es por ello, que me permití esta nota, desde lo personal y profesional, para compartir con mis lectores, estos años de democracia que han quedado grabados en el recuerdo popular y en mi vida.
Estaría bueno reflexionar en estos momentos de zozobra nacional, en los que varios dirigentes ‘atan con alambre’ acuerdos políticos, sin tener en cuanta principios partidarios, donde los personalismos son la base de sustentación y no las necesidades del pueblo. Puede que sumen algunos votos más, pero si se intenta mezclar el agua con el aceite, obviamente se va al fracaso. Y el fracaso se verá reflejado una vez más en la gente. Es por ello que considero apropiado, recorrer la capacidad de gestión de cada candidato, antes de sumergir el voto en la urna de un posible desconsuelo.
La invitación
Amerita compartir estos párrafos, a dos días del lanzamiento nacional de la candidatura a Presidente de los Argentinos, del Dr. Alberto Rodríguez Saá, gobernador de San Luis, Presidente del Partido Justicialista de la provincia cuyana, para refrescar la memoria colectiva. Pero también para invitar a mi pueblo a incorporarse a este proyecto, que necesita del apoyo de todos los ciudadanos por igual. Debemos buscar un cambio, para transformar a la Argentina.
Sin duda, anhelamos un país seguro, más digno para los desprotegidos que son tan vulnerables, con una auténtica reivindicación a las culturas originarias, como sucede en San Luis. Además, seguramente la gente desea de sus candidatos proyectos que no sean utópicos y una nación más confiable para los inversores, entre otros tantos puntos que han sido minuciosamente contemplados en el ‘Protocolo para la convivencia de los argentinos del siglo XXI‘, una declaración de principios que será la plataforma política y estratégica del Dr. Alberto Rodríguez Saá, sustentada en las necesidades del país luego de interiorizarse de las problemáticas de la gente en cada región, según su entorno geográfico y su particularidad social y cultural.
Lo anecdótico y la militancia
Recuerdo ese último discurso de Juan Domingo Perón en el famoso balcón de la rosada. Estaba a pocos metros, sumergida en una multitud de militantes y obreros. Los parlantes y los bombos, se unían en una parafernalia indescriptible.
Por aquellos tiempos, estudiaba en Capital Federal y militaba entonces en la ‘gloriosa JP.’ a través de una Unidad Básica en Congreso, que conducía con el dirigente Roberto Fernández Talaverano, que después sería mi esposo.
Poco tiempo después, me llevó muchas horas ingresar al velatorio del líder del peronismo y eso que vivía en Congreso. Allí, acompañamos a quienes pasaban por la vereda de mi edificio con mate cocido, haciendo una fila para ingresar al Congreso, en una destemplada noche porteña. Después vinieron tiempos que quisiera olvidar, pero no puedo y la Argentina toda, se vistió de negro.
Con el advenimiento de la democracia después del nefasto capítulo de un ‘desgobierno de facto’ y de regreso en mi provincia natal, quienes conocimos el sabor amargo de la proscripción política del peronismo, encontramos en un joven dirigente llamado Adolfo Rodríguez Saá, todo lo que las bases peronistas nos habían legado.
Aprendí ‘del Adolfo’
Y me uní a varios amigos y militantes, desde las pegatinas para lanzar su candidatura a Gobernador, al diálogo con los vecinos para lograr voto a voto, esa confianza necesaria para poder actuar y cambiar la visión de futuro de una provincia postergada y opacada en el contexto nacional.
Puedo decir ahora, a unos 28 años de ese comienzo, que ‘aprendí del Adolfo’ a coordinar acciones en los barrios, a consensuar políticas de crecimiento, a trabajar sin descanso por un proyecto de estado diferente, en el que todo un equipo se movía al unísono en una marea de proyectos, que se fueron concretando uno a uno con el correr de los años.
San Luis creció en todos los ámbitos, desarrollando su industria, su obra pública, su educación, su cultura, su tecnología, sin dejar nada librado al azar. Dejó de ser provincia de paso, para ser un pujante centro del que el mundo entero empezaba a hablar.
A su lado, pude recorrer todo el territorio provincial y después, con la marcha de un sueño que no logró concretarse, conocí algunas provincias de mi país. Y nadie desfallecía ni por el cansancio, ni por los vientos adversos o envidias que a veces surgen de los que no logran nada. Nos convertimos varios en un equipo de trabajo sólido y como una gran familia, sin egoísmos, estaba siempre la mano tendida para ayudar al otro y tirar todos parejos en una misma dirección con el objetivo fijo de hacer lo mejor para la gente. Pero siempre con esa guía política que fortalece y estimula.
Hay miles de anécdotas pero una que no olvido, al regreso de una gira por el interior. Muestra la otra cara de una persona pública y popular, alguien con mucha sensibilidad social y amerita destacarlo.
Papelitos importantes
En cada lugar, entremedio de las muestras de afecto de la gente que recibía las llaves de su vivienda, o un equipo completo para armar su huerta familiar, o compartir la inauguración de esa salita de primeros auxilios tan esperada y la electrificación de tramos recónditos en zonas alejadas, nuestro entonces Gobernador Adolfo Rodríguez Saá, recibía notas, carpetas, proyectos para la zona y una infinidad de papelitos que depositaba en los bolsillos de su saco. Ya en su despacho, daba vuelta sus abultados bolsillos y ponía una parva de mensajes en su escritorio. Pedía una caja y respondía uno a uno todos los mensajes enganchados con un clip. Si algún niño entraba, en su primer cajón una variedad de caramelos lo mantendrían entretenido un tiempo.
Cuando le traían las notas listas para firmar y ser enviadas a cada uno, les daba una leída y su impresionante memoria, le llevó más de una vez a decir: ‘no fue esto lo que escribí en el borrador’. Tal vez, muchas de estas personas, se sorprendió al recibir respuesta a su papelito entregado en medio de una multitud, pero no solo estaba la respuesta, sino que ese pedido seguía su curso hasta poder evaluarse la factibilidad y realizarlo.
Periodismo y militancia
Me incorporé a los equipos del canal estatal y del diario con el convencimiento de que difundiendo su accionar, estaba participando profesionalmente, aunque de manera casi anónima, de la historia grande de mi provincia.
No era fácil ser objetiva a la hora de hacer periodismo, pero se logra. Tampoco es sencillo ser militante en paralelo y no llevar grabador cuando los temas son de debate interno, pero separando cada accionar con madurez política y honestidad intelectual, se pueden concretar ambas actividades con respeto. Es de destacar, que el relato histórico no es objetivo y tiene la subjetividad de los que vivieron esas instancias. Además, es muy fuerte trabajar desde un compromiso político intentando despersonalizarnos en esa posición de ser objetivos
El Adolfo construyó una verdadera ‘escuela de administración’ y fui parte de ella. Y lo digo con orgullo sano y la satisfacción del deber cumplido
Aprendí ‘del Alberto’
Con una amistad que nos unía desde la infancia y separando lo afectivo de lo institucional, comprendí que esta historia, tenía un nuevo capítulo. Y me sumé, entendiendo que la manera de avanzar era diferente, pero que el proyecto de crecimiento sostenido de mi provincia, que ya había despegado sus velas al progreso, tendría más vientos a favor.
Identificados además, por una afinidad al arte, acompañé ‘al Alberto’, en un proyecto privado desde su Fundación y años después, en su flamante gestión como Gobernador, reciclé mi actividad periodística en nuevos desafíos. Me adapté a la tecnología y al entusiasmo constante de este nuevo conductor, que generó un Plan de Inclusión Social único, en el que nadie fue discriminado a la hora de trabajar. Fue una verdadera revolución en la que hubo capacitación, de acuerdo a vocaciones, habilidades y posibilidades, reubicándose muchos de ellos, en variados puestos de trabajo acompañados por el estado provincial, hasta ir logrando un progreso personal y laboral.
Y se avanzó en deporte, en turismo, en salud, en seguridad, en obra pública, en cultura, en todo lo que puede significar crecimiento y progreso para un pueblo. Esta es la única, real e indiscutible razón, por la que las mayorías acompañan con su voto una y otra vez.
Una cosa es contarlo y otra vivirlo y empieza a crecer el respaldo de quienes estamos cerca, desde la admiración y el respeto que queda para siempre.
En esta etapa, también con mis colegas, reunimos anécdotas. A veces en algún alto del camino a un acto, las recreamos para distendernos. Otras, no tuvieron muchos testigos y las conservamos en nuestro álbum de los recuerdos.
Sensibilidad a flor de piel
Cierto día, se inauguraba en el interior, una ruta que unía dos localidades de mucho movimiento comercial. Allí estaban los intendentes de la zona, funcionarios, legisladores, establecimientos educativos, vecinos y gente que también acercaba sus notas a este Gobernador.
Cuando todo estaba listo para empezar, advierto que nuestro fotógrafo incansable, no había llegado aún, porque se retrasó la movilidad, según me comentó después.
De pronto y en vez de empezar el acto, vemos que se aparta del grupo y se dirige a un joven que estaba en silla de ruedas. Su sensibilidad pudo más y dialogó con él sin testigos. Un familiar suyo, intentó registrar el momento.
Mi precaria camarita que suele fallar, logró una imagen imborrable para esta periodista, que comparto en el encabezado con ustedes.
Algo similar sucedió después con una niña y me dijo: ‘el tema no es sacar la foto, sino enviárselas luego’. Algo que hice obviamente después.
Instantes irrepetibles de los que la gente ni se entera y quienes conservamos estos recuerdos en imágenes, no siempre nos atrevemos a difundir. Y estas líneas, que no se tomen como demagogia. Es solo hacer justicia en la figura de alguien que reúne todo lo que el pueblo Argentino necesita.
Mi grabador legendario, aunque tengo MP4, es mi amigo fiel y tiene memoria. Con ‘el Adolfo y el Alberto’ (como les decimos afectuosamente en un modismo muy de la región) conocí y pude entrevistar a personalidades de la economía, de la cultura, la política y lo social, que jamás hubiera imaginado conocer. Esto ya constituye un capítulo aparte. No es tarea simple acompañar personas como las que están en este blog.
Agradecimiento:
Tal vez, en este momento que es uno de los más importantes en la carrera política de mi amigo y Gobernador, no pueda acompañarlo y es por eso, que mi corazón hablará por mi.
A ambos, ‘al Alberto y al Adolfo’, en un momento trascendente del país, necesito decirles ‘Gracias’ porque confiaron en mi idoneidad profesional, mi tesón y también mi fidelidad. Pero además, porque aprendí que un proyecto para mejorar la calidad de vida de la gente, se construye paso a paso, con diálogo, esfuerzo, humildad, constancia y mucha militancia.
En mi agradecimiento, va el saludo y amor de tantas personas que lo exteriorizan alrededor de una mesa en reunión de amigos y que capitalizo en esta nota periodística, casi intimista. Y otro agradecimiento desde mi militancia, para los que sin ser peronistas, acompañan, porque han comprendido que el único modelo de país, es que desea implementar el Dr. Alberto Rodríguez Saá y solo puede hacerlo con el respaldo del pueblo, sin banderías políticas, ni credos, ni cuestiones de género o nacionalidad, porque gobernará para todos por igual.
Le deseo lo mejor y es que se concrete su sueño de ser Presidente.
Es el anhelo de muchos argentinos. Hay a nivel nacional, crisis de representatividad política y esto no se puede negar, por eso, desearía que el pueblo no se equivoque, que vote por ‘el Alberto’ sin temores y con la absoluta convicción de que en este proyecto, hay una buena base de credibilidad política y que cada voto va a ser capitalizado para que el mejor proyecto de país, en realidad el único, sea una realidad.
Solo puedo finalizar con estas palabras tan significativas, de lo que un estadista como pocos, le aseguró al pueblo de Argentina:
‘Yo he dicho varias veces, que organizar no es juntar gente, como algunos creen. Organizar, es aunar sentimientos. De manera que antes de juntar a la gente, hay que convencerse que sienten y piensan
de la misma manera’ Juan Domingo Perón
‘La Patria, no es patrimonio de ninguna fuerza, porque la Patria es el pueblo y nada puede sobreponerse al pueblo, sin que corran peligro la libertad y la justicia.’ Juan Domingo Perón
‘El pueblo solo tiene que elegir a sus gobernantes, para que ellos hagan lo que el pueblo quiere.’ Juan Domingo Perón
Texto y Foto: María Evelia Pérez Nicotra
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